Statement from Bishop Burbidge for the 4th of July

 (in English and Spanish)

 

Each year, Americans gather in prayer and gratitude because nearly two and a half centuries ago, men and women sacrificed everything to establish freedom from tyranny in this great land. Since then, many more men and women have made the ultimate sacrifice in defense of the rights given by God and enshrined in the U.S. Constitution. While the years have passed, our national appreciation for the virtues of liberty and justice has remained steadfast and resolute. 

We are “one Nation, under God,” and we are blessed to live in a land of abundance, where people can pursue dreams that improve their lives, as well as those of their families and communities. May we never waiver in our appreciation for those who made our freedom possible, and may we continue building upon that which was given to us, so that future generations may always enjoy the fruits of this land of opportunity, this city on a hill. 

May God bless America—and you and your families—with his peace on this day and always.

   

Declaración de Monseñor Michael Burbidge, Obispo de la Diócesis de Arlington, con motivo de la celebración del día 4 de julio

 

 

Cada año, los estadounidenses se reúnen en oración y con gratitud porque, hace cerca de dos siglos y medio, hombres y mujeres sacrificaron todo para liberarse de la tiranía existente en esa época en esta gran nación. Desde entonces, muchos más han hecho el máximo sacrificio en defensa de los derechos que Dios nos ha dado y que están consagrados en la Constitución de los Estados Unidos. Aunque los años hayan pasado, nuestro reconocimiento nacional de las virtudes de libertad y justicia se ha mantenido firme e inalterable.   Somos “una Nación ante Dios” y tenemos la bendición de vivir en una tierra de abundancia, donde es posible ir en busca de sueños que mejoren la vida de las personas, sus familias y sus comunidades. Que nunca dejemos de expresar nuestro reconocimiento por quienes hicieron posible nuestra libertad y que continuemos aprovechando lo que se nos ha dado, con el fin de que las futuras generaciones gocen siempre de los frutos de esta tierra de oportunidad, esta ciudad asentada sobre una colina.   Que hoy y siempre Dios bendiga con su paz a los Estados Unidos de América, a ustedes y a sus familias.