Statement by Bishop Michael F. Burbidge
  for 2022 National Vocation Awareness Week

( en español )

Dear Brothers and Sisters in Christ,

As we begin National Vocation Awareness Week, I invite you to reflect on the theme for our second preparatory year for the Diocesan Jubilee, “My soul rejoices in the Lord.” These words are proclaimed when Mary visited her cousin Elizabeth and express the joy overflowing from her after she gave her “yes” to God.

Mary's words summarize the experience of all those who, like her, have heard God's call and respond with a prompt and joyful “yes.” Following Christ in whatever vocation he calls us to, be it religious life, priesthood, marriage, consecrated life, diaconate or single life, requires deep trust in God's divine plan, and also brings with it profound joy.

We are blessed to have so many wonderful priests, seminarians, religious brothers, and religious sisters faithfully living out their call in our Diocese. They will be the first to tell you that the joy we observe in them is only a reflection of their experience of God's love as they offer their daily “yes” to him.

Each of us is called to a particular form of holiness, a particular vocation that is a witness to God's love for the world: maybe even the priesthood or consecrated life. During this Vocation Awareness Week, may we rejoice as we discover and live the plan that God, our loving Father, has for each of us. Mary, Mother of the Church, pray for us.


Declaración de Monseñor Michael F. Burbidge
con motivo de la Semana Nacional de Concientización
 sobre las Vocaciones, 2022

Estimados hermanos y hermanas en Cristo:

Al comenzar la Semana Nacional de Concientización sobre las Vocaciones, los invito a reflexionar sobre el tema para nuestro segundo año de preparación para el Jubileo Diocesano: Mi alma se regocija en el Señor. Estas palabras fueron proclamadas cuando María visitó a su prima Isabel y expresó su desbordante alegría después de darle el sí a Dios.

Las palabras de María resumen la experiencia de todas las personas que, como ella, han oído el llamado de Dios y han respondido con un pronto y alegre “sí”. Seguir a Cristo en cualquier vocación a la que nos llame, ya sea en la vida religiosa, el sacerdocio, el matrimonio, la vida consagrada, el diaconado o la soltería, exige profunda confianza en el plan divino de Dios y también trae profunda alegría.

Hemos recibido la bendición de tener tantos sacerdotes, seminaristas, hermanas y hermanos religiosos que son personas maravillosas y viven fielmente su llamado en nuestra Diócesis. Ellos serán los primeros en decirles que la alegría que observamos en ellos es solamente un reflejo de su experiencia del amor de Dios al ofrecerle el sí a diario.

Cada uno de nosotros ha sido llamado a una forma particular de santidad, a una vocación particular-tal vez aun al sacerdocio o a la vida consagrada-que es testimonio del amor de Dios hacia el mundo. Que durante esta Semana Nacional de Concientización sobre las Vocaciones nos regocijemos al descubrir y vivir el plan que Dios, nuestro amantísimo Padre, tiene para cada uno de nosotros. María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.